domingo, 19 de enero de 2014
Zara home kids
sábado, 18 de enero de 2014
Pinturas para los más pekes
jueves, 16 de enero de 2014
Piccolo Mondo
miércoles, 15 de enero de 2014
Soy madre ...nadie me dijo que fuese fácil
Soy madre, con sus alegrías y sus tristezas, con sus privilegios y sus sinsabores, con sus recompensas y sus limitaciones, con sus luces y sus sombras, con sus festejos y sus desvelos, con sus satisfacciones y sus frustraciones.
Soy madre cuando se despiertan sonrientes y acurrucados en la cama junto a mí por la mañana, y también soy madre cuando se despiertan llorando y pataleando porque no quieren salir de debajo de las sábanas.
Soy madre cuando aprenden algo nuevo que me llena de orgullo, y también soy madre cuando arrojan contra mí toda esa rabia que aún no saben gestionar.
Soy madre cuando me despierto descansada y de buen humor, y también soy madre cuando estoy enferma y me duele la cabeza.
Soy madre sin pausa, sin festivos, sin horarios y sin vacaciones.
Soy madre para recibir miles de besos y abrazos gratuitos, pero también soy madre cuando me convierto en material de desecho a la hora de tratar de conseguir un trabajo.
Ser madre me enorgullece tanto como me asusta, me satisface tanto como me enerva, me completa tanto como me desborda, me alimenta tanto como me destruye.
Ser madre es posiblemente el trabajo más satisfactorio del mundo, pero también el más exigente, y casi siempre te obliga a elegir, lo que implica que inevitablemente alguno de tus sueños se quedará por el camino, o al menos aparcado por el momento.
Ser madre a veces remueve tus cimientos y te obliga a reconstruirte de nuevo. Ser madre no sólo cambia tu vida, también cambia la percepción que los demás tienen de ti. Por ello, con frecuencia conlleva soledad y ostracismo social.
Ser madre en ocasiones se convierte en una lucha constante; contra tu entorno, contra la sociedad y, lo que es peor, contra tí misma. Una lucha sin tregua entre la forma en que queremos criarles y la vida que queremos llevar. Entre el tiempo que les queremos dedicar y nuestras aspiraciones personales. Entre la madre que nos gustaría ser y la madre que realmente somos. Una colisión frontal entre nuestras expectativas y la cruda realidad.
Nadie dijo que sería fácil, pero tampoco nadie nos advirtió de que sería tan difícil. La maternidad no es tan bonita como la pintan algunos, ni tan terrible como la pintan otros.
Yo tampoco soy la mejor madre del mundo ni creo que llegase a serlo nunca. Grito cuando el peso de la responsabilidad me abruma y me dan ganas de salir corriendo de mi casa sin mirar atrás. Algunas noches finjo no oír su llanto cuando se despiertan con la vana esperanza de que se calmen solos. Confieso que a veces les miro y me pregunto cuantas oportunidades profesionales me habré perdido por ser madre. Hay días en los que me enfurezco injustificadamente cuando rompen algo sin querer. A veces no tengo paciencia para aguantar sus trastadas, y lo que es peor, ni siquiera me esfuerzo en intentarlo. Hay momentos en los que pierdo el control y, en vez de sentirme avergonzada, me siento aliviada al poder expresar libremente lo que siento en vez de fingir una falsa y casi ofensiva tranquilidad. A veces no me importa tanto lo que les pase en ese momento como que dejen de chillarme.
A veces me miro y ya no me reconozco, o lo que es peor, me reconozco pero no me gusto. Ya no se donde empieza la madre y donde termina la persona, ni en qué proporción existe cada una, ni si lograrán coexistir pacíficamente algún día.
Soy madre, y a veces ni siquiera estoy segura de saber ser ya otra cosa. Y me aterroriza pensar en qué me voy a convertir cuando ellos crezcan y ya no me necesiten.
Sólo soy una madre más, tanto y tan poco a la vez. La profesión menos valorada del mundo y a la vez la más difícil. Una enorme responsabilidad que a veces recibe una recompensa muy pequeña. Ser madre es como un trastorno bipolar, con sus días buenos, sus días malos, sus días geniales, sus días regulares y sus días horribles.
martes, 8 de octubre de 2013
UGG Australia
lunes, 7 de octubre de 2013
Entre dos tierras
martes, 13 de agosto de 2013
Playa y dobles
vienen muy bien....
He de reconocer que la cosa a mejorado bastante ,ya no es tanta locura bajar a la playa con ellos,solamente tienes que olvidarte del royo toalla,bronceador y vuelta y vuelta,y cambiarlo por correr por la playa como una loka intentando que el biquini no te abandone....!
Un gran invento el cubo y la pala...pueden llegar a estar entretenidos 15 minutos y creerme 15 minutos a lo suyo en un mundo,también ponerte donde veáis más niños es una idea estupenda ya que se entretienen un montón a la vez que hacen amiguitos.
Los primeros días el agua les espanta ,pero ya han pasado 13 días y les miro bien el cuerpo para asegurarme que no les salen aletas....!Pero no podemos dejar de evitar ser los pobres padres de la playa es un cartel que nos persigue allá donde vayamos,hace un par de días estando en nuestra lucha ,digo nuestra porque nosotros lo vemos normal,un grupo de parejitas sin hijos nos miraban con cara de....Pobrecillos....!jajajajajajajajajaja....estábamos en un momento de esos que te pones a recoger miles de trastos,quitarles la arena,cambio de pañal,lloros,....todo eso a 40 grados y hasta el higo de playa...vamos que tu cara tiene que ser un poema,creo que esas cuatro parejas seguirán su vida sin hijos gracias a nosotros......jajajajajajajajaja
Aquí tenéis una foto de Saúl y Valeria ...no hace falta decir que todo merece la pena....jajajajajajaja.