domingo, 19 de enero de 2014

Zara home kids


Hoy quiero hablarlos de zara home kids para mi numero 1 en juegos de cama para los más peques,todas las colecciones suelo comprarle a mis mellis un juego de sábana y nórdico,la verdad esque me chiflan y me cuesta siempre elegir...!y los pijamas son una pasadaaaa
También tienen peluches súper blanditos nosotros tenemos al burro(Bruno) y al conejito (roberto).
También me encantan las colonias para niño y niña las llevo usando bastante tiempo y están súper bien de precio.
Y siguiendo la misma línea en su habitación nunca falta el ambientador de la misma línea... Me encanta... Me huele a ellos...
Para aquellas mamis que no lo habéis probado os recomiendo que paséis a olerlo....mmmmmm


Mama para dos.




sábado, 18 de enero de 2014

Pinturas para los más pekes

Hoy solo quería contestar a muchas de vosotras que me preguntáis como dejo pintar a los pekes con acuarelas y muchas otras queriendo saber donde las he comprado.
No os asustéis son de imaginarium y con un poco de agua sin frotar ni nada sale perfectamente os pongo foto y animados a todas a probarlo ..disfrutan muchiiiisimo.
Mis mellis lo acompañan con pegatinas son adictos a ellas y en imaginarium encontré libros con más de 700 pegatinas que les vuelven lomos...!



jueves, 16 de enero de 2014

Piccolo Mondo


Hoy quiero hablarlos de piccolo mondo para mi una de las mejores tiendas de mobiliario y complementos de bebe se encuentra situada en la calle Ayala 43 madrid y es una parada obligatoria para toda embarazada y mami de bebés...
Os dejo unas fotos para que podáis ver la preciosidad de cositas que tienen y el buen gusto,yo es algo que tengo pendiente pero no olvidado .....también tienen ropita preciosa y un montón de detalles que no podéis olvidar...ya me contaréis....


miércoles, 15 de enero de 2014

Soy madre ...nadie me dijo que fuese fácil

Soy madre, con sus alegrías y sus tristezas, con sus privilegios y sus sinsabores, con sus recompensas y sus limitaciones, con sus luces y sus sombras, con sus festejos y sus desvelos, con sus satisfacciones y sus frustraciones.

Soy madre cuando se despiertan sonrientes y acurrucados en la cama junto a mí por la mañana, y también soy madre cuando se despiertan llorando y pataleando porque no quieren salir de debajo de las sábanas.

Soy madre cuando aprenden algo nuevo que me llena de orgullo, y también soy madre cuando arrojan contra mí toda esa rabia que aún no saben gestionar.

Soy madre cuando me despierto descansada y de buen humor, y también soy madre cuando estoy enferma y me duele la cabeza.

Soy madre sin pausa, sin festivos, sin horarios y sin vacaciones.

Soy madre para recibir miles de besos y abrazos gratuitos, pero también soy madre cuando me convierto en material de desecho a la hora de tratar de conseguir un trabajo.

Ser madre me enorgullece tanto como me asusta, me satisface tanto como me enerva, me completa tanto como me desborda, me alimenta tanto como me destruye.

Ser madre es posiblemente el trabajo más satisfactorio del mundo, pero también el más exigente, y casi siempre te obliga a elegir, lo que implica que inevitablemente alguno de tus sueños se quedará por el camino, o al menos aparcado por el momento.

Ser madre a veces remueve tus cimientos y te obliga a reconstruirte de nuevo.  Ser madre no sólo cambia tu vida, también cambia la percepción que los demás tienen de ti. Por ello, con frecuencia conlleva soledad y ostracismo social.

Ser madre en ocasiones se convierte en una lucha constante; contra tu entorno, contra la sociedad y, lo que es peor, contra tí misma. Una lucha sin tregua entre la forma en que queremos criarles y la vida que queremos llevar. Entre el tiempo que les queremos dedicar y nuestras aspiraciones personales. Entre la madre que nos gustaría ser y la madre que realmente somos. Una colisión frontal entre nuestras expectativas y la cruda realidad.

Nadie dijo que sería fácil, pero tampoco nadie nos advirtió de que sería tan difícil. La maternidad no es tan bonita como la pintan algunos, ni tan terrible como la pintan otros.

Yo tampoco soy la mejor madre del mundo ni creo que llegase a serlo nunca. Grito cuando el peso de la responsabilidad me abruma y me dan ganas de salir corriendo de mi casa sin mirar atrás. Algunas noches finjo no oír su llanto cuando se despiertan con la vana esperanza de que se calmen solos. Confieso que a veces les miro y me pregunto cuantas oportunidades profesionales me habré perdido por ser madre. Hay días en los que me enfurezco injustificadamente cuando rompen algo sin querer. A veces no tengo paciencia para aguantar sus trastadas, y lo que es peor, ni siquiera me esfuerzo en intentarlo. Hay momentos en los que pierdo el control y, en vez de sentirme avergonzada, me siento aliviada al poder expresar libremente lo que siento en vez de fingir una falsa y casi ofensiva tranquilidad. A veces no me importa tanto lo que les pase en ese momento como que dejen de chillarme.

A veces me miro y ya no me reconozco, o lo que es peor, me reconozco pero no me gusto. Ya no se donde empieza la madre y donde termina la persona, ni en qué proporción existe cada una, ni si lograrán coexistir pacíficamente algún día.

Soy madre, y a veces ni siquiera estoy segura de saber ser ya otra cosa. Y me aterroriza pensar en qué me voy a convertir cuando ellos crezcan y ya no me necesiten.

Sólo soy una madre más, tanto y tan poco a la vez. La profesión menos valorada del mundo y a la vez la más difícil. Una enorme responsabilidad que a veces recibe una recompensa muy pequeña. Ser madre es como un trastorno bipolar, con sus días buenos, sus días malos, sus días geniales, sus días regulares y sus días horribles.

Pero sabéis una cosa... No lo cambiaría por nada del mundo. Os quiero SV